La semana que viene me voy de viaje a Londres con mis amigas a ver
a otra de ellas que está allí de intercambio. Este fin de semana que acaba de
pasar quedamos todas para hacer el horario con todos los planes que tenemos
pensados para hacer allí. Sin duda alguna, además de visitar el Big Ben,
Buckingham Palace o el Museo Británico, una parada indispensable para nosotras
es ir a la tienda Victoria´s Secret.
Desde la primera vez que fui a Londres (al menos desde la primera
vez que tengo consciencia de ir) me quedé alucinada con esa tienda, no solo por
la increíble ropa interior que venden, sino por el ambiente del espacio en que
quedas inmerso cuando entras por las puertas de alguna de sus tiendas: música,
pantallas, luces, colores, olores y sobretodo compras, muchas compras.
Victoria´s Secret es una marca de lencería que vio la luz por
primera vez en 1977, cuando sorprendentemente, un hombre, Roy Ramond (y digo sorprendentemente porque si has ido a
alguna de sus tiendas te darás cuenta de la gran imaginación que debes tener
para hacer una tienda tan “ideal” para mujeres), decidió abrir su primera
tienda en San Francisco. Lo hizo con el objetivo de crear un ambiente cómodo
para todos aquellos hombres que quisieran comprar lencería a sus mujeres, en
respuesta a la timidez que ello le suponía a él mismo.
Posteriormente el creador de esta firma vendió la empresa a la
compañía The Limited, y sobre los años 90 los ingresos de la marca rondaban el
billón de dólares. Así, Victoria´s Secret se ha convertido en la marca de ropa
interior que más éxito tiene en Estados Unidos, y que es parada obligatoria
para casi todas las mujeres cuando van a un país en el que hay esta tienda.

Lo cierto es que el secreto de Victoria reside en tres aspectos
fundamentales: en primer lugar, lo que en inglés se llama “in-store experience”. Se refiere a la experiencia que se vive
cuando entras en alguna de sus tiendas. Como ya he dicho antes, entrar en
Victoria´s Secret es como adentrarte en un pequeño mundo dedicado única y
exclusivamente al cuidado de las mujeres. Hay música, luces de todo tipo,
conjuntos de ropa interior con pedrería (que aunque no te compres, merece la
pena simplemente mirarlos y analizarlos), dependientas que te hacen guías por
la tienda y te toman las medidas para comprarte la ropa interior que mejor se
adecúe a tu cuerpo y a tus gustos, olores de todo tipo cada vez que cambias de
sección en la tienda… en definitiva, aunque sus precios no sean precisamente
económicos, por experiencia personal digo que merece la pena ir solo para
contemplar todo lo que pueden ofrecerte ahí dentro.

En definitiva, y después de todo lo que he contado, Victoria´s
Secret es una tienda que merece la pena visitar, solo porque casi puede ser
considerado como un punto indispensable de turismo a visitar en cualquiera de
las ciudades en las que puedas encontrar uno.
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